Restaurante El Gastrónomo, sencillamente, Excepcional!!
Reconozco que podría haber hecho este post hace muchísimo tiempo, la verdad que nunca lo hice porque con este restaurante me une una relación un poco especial y no se si podría ser del todo objetivo, pero como el blog se hizo sin ningún tipo de pretensión y para intentar contar experiencias, ahí voy.
He de decir que lo conozco desde que tengo razón de ser, mi padre ne llevaba siendo jovenzuelo y cada vez que iba era una fiesta, soñaba con el día que me tocaba ir al Gastrónomo; ahí fue donde comenzó mi afición por los carpaccios y el tartare (mal sitio para empezar con el tartare de carne, porque el listón lo pone bien alto y claro luego cuesta encontrar algo similar o parecido), nunca he probado mejor steak tartare que el del Gastrónomo (bajo mi humilde opinión).
La sala del restaurante es muy acojedora, la decoración es clásica y así han querido mantenerla desde hace muchos años, solo cambian de vez en cuando la tela de las paredes y el tapizado de las sillas, a mi parecer si ha quedado un poco anticuada, pero he de reconocer que aunque clásica es agradable y te sientes como en casa.
La carta en sí es como la decoración del restaurante, no ha variado en muchos años salvo pequeños detalles, lo cual en mi caso agradezco ya que los sabores que se quedaron grabados en mi memoria hace años sigo encontrándolos cada vez que voy y eso es un placer para los sentidos.
Aunque muy conocido por sus arroces (los cuales reconozco no haber probado nunca, casi siempre voy de cena y soy fiel a mis platos fetiches) lo que voy a buscar al Gastrónomo en mi caso son tres elaboraciones que para mí y con mucha diferencia no tienen rival fuera de esas paredes; ya se que es mucho decir pero su producto 100% de altísima calidad y el saber hacer de años han marcado un sello de identidad en estos tres manjares que se han quedado grabados a fuego en mi sentido del gusto, del placer y sobre todo en mi memoria (ya dije que no sería muy objetivo).
Uno de estos manjares es su salmón marinado con un toque balsámico, realmente por el corte que tiene está a «caballo» entre un carpaccio y un sashimi, su sabor intenso hace de él un bocado jugoso en boca y con explosión de sabores (son sabores de corte clásico y conocidos, pero sin nada más que objetar, es una delicia) y aunque sin sorpresas gustativas la perfecta ejecución de estos bocados lo convierte en irresistible, siempre lo pido, es más fuerte que yo.
El segundo es el steak tartare, aquí sobran todas las palabras, desde pequeño me quedaba embobado viendo al dueño Antonio Martínez como elaboraba esta delicia en sala, movimientos hipnóticos para el comensal que siempre intenta averiguar uno u otro ingrediente, magnífica mise en place que pone al descubierto el producto desde el origen, ves la carne salir de la cocina, carne perfectamente cortada a cuchillo y con una calidad excepcional que aleja cualquier duda a los que desconfían de lo crudo, la maceración con un picadillo de anchoas, pepinillo alcaparras y……… ves y juega a averiguar que más!!!! Y su reposo en sala delante del comensal son la clave para el éxito de su plato estrella.
He probado muchos steak tartare, muchos, muchísimos y aunque muchos eran muy buenos, este para mí es la referencia. He llevado a fanáticos del steak tartare a comer allí, gente muy viajada y que se mostraban excépticos a mis palabras «El mejor steak tartare del mundo» (del mundo que yo conozo claro……………bueno y aún así me arriesgaría en una apuesta), exageraaaaaado!!! al final se rendian a lo evidente, magnifica realización , magnífico producto y ejecución perfecta; he de decir que algunos ya criticaban que no pudiese ser preparado por uno mismo a su gusto como en muchos otros locales;»déjate de prepararte tu el steak y disfruta del baile en sala que nos ofrece el maitre realizándolo». Nunca te cansas de comer el steak tartare del Gastrónomo. Es más he de decir que incluso los anti-crudo reconocen su sabor sin igual.
Hasta aquí, estos dos platos los pedimos «al centro», por ganas de comernos uno cada uno no será, pero no podríamos ni levantarnos de la mesa y además siempre tienes en mente el plato principal, el cual no perdono bajo ningún concepto.
El tercero y como plato principal es el Tournedo «rossini» o como lo llaman en el Gastrónomo, Tournedo con foie de pato, aquí no hay misterio, un Tournedo rossini de libro (incluida su rodaja de pan de las mismas dimensiones y «fritita» con mantequilla) con una carne excepcional, cocción perfecta y sazonado impecable. El bocado de carne se funde en la boca y es irresistiblemente bestial!!! Una delicia de plato sin florituras.
Quizás lo más flojo sean los postres, a decir verdad la comida es bastante copiosa y pocas ganas quedan, pero si tuviese que recomendar algo sería el surtido de sorbetes con frutas, un bocado refrescante de sorbetes de excelentísima calidad y frutas variadas o si ya quieres «morir en el intento» el Biscuit glace con chocolate caliente, muy bueno aunque para mí el chocolate si fuese puro mejor o por lo menos sin ese toque a caramelo tan pronunciado que tiende a endulzarlo demasiado.
En resumen el Gastrónomo es un restaurante donde se trabaja con productos de máxima calidad, donde su cocina «tradicional» esta perfectamente ejecutada, cocciones perfectas y sazonado perfecto, nunca me han fallado siempre la misma línea y eso es de agradecer. El único pero, la innovación y una carta no muy evolucionada , pero a mí no me importa, yo voy buscar los bocados exquisitos que habitan en mis recuerdos y allí siempre los encuentro.
Os lo recomiendo al 100%, éxito seguro, disfrutaréis como locos.
Buen provecho, no vemos por El Gastrónomo.