“Isla Reunión” ¡Te vienes al paraíso!.
Recopilando fotos de la gastronomía de la Isla de la Reunión, me di cuenta de su singularidad y decidí hacer un post en el blog. Para posicionarnos geográficamente deciros que está a unos 10.000 km de París, dirección el Océano Índico al lado de Madagascar e Isla Mauricio, es una pequeña Isla volcánica perteneciente a Francia, donde su variedad cultural está presente por toda la isla. El lugar es impresionante, los ecosistemas que allí conviven son variadísimos, puedes pasar de 0 a 2000 m de altitud en menos de una hora y con unas vistas que ni te imaginas, no sabes para donde mirar, todo es un shock para los sentidos, todo aquello era nuevo para mí porque no había visto tanta naturaleza y tan variada junta nunca, volcanes, montañas, mar, barreras de coral, peces tropicales, puestas de sol increíbles; sin palabras!!. Hoy vengo a hablaros de mis impresiones a nivel gastronómico; que es lo que a mí me pone.
Ya iba prevenido de la dificultad de encontrar productos a los que estamos acostumbrados en el continente Europeo y de los precios que estos tienen si no quieres salirte de tu cotidiano, la verdad es que me daba igual, uno no viene hasta aquí para comerse unos espaguetis carbonara, foie o una tabla de quesos con un buen rioja, uno viene aquí para sumergirse en sus cocinas, que por cierto son muy singulares y de supervivencia, sacando el máximo provecho a sus productos autóctonos.
Lo primero que me sorprendió, es que a pesar de estar rodeada por el inmenso océano, no hay tradición de cocinar pescado; bueno esto es mucho decir, claro que hay plato de pescado y pescado excelente, pero esa tradición pesquera que puedes encontrar en cualquier ciudad portuaria de Europa, no, a pesar que sus aguas son infinitas. Así que sus mayores recursos para la cocina del día a día son los productos que da la tierra; imaginar una isla tropical con sus cocoteros, con su caña de azúcar, plataneros, guayaberos, piñas, lichis, combaba, vainilla…….. y un largo etc.. que ni podéis imaginar que se cocina.
Yo solo quería descubrir que se cocía por allí, estaba deseando probar la cocina del lugar; estuvimos en varios restaurantes por toda la isla y de todas las categorías, desde el pequeño restaurante recomendado de cocina tradicional, hasta el lujoso restaurante Blue Margouillat, estuvimos en mercados e incluso en casas de reunioneses. Cada vez quedaba más palpable la base de la cocina criolla reunionesa, lo más común son los guisos, las frutas tropicales y por supuesto su ron.
Fotos de productos mercados de la Reunión;
Fotos de platos en diversos restaurantes:
Los guisos son consistentes, de largas cocciones en grandes marmitas; de hecho se venden marmitas de gran tamaño en cualquier supermercado; las bases de cebolla, tomate, ajo, especias son una constante en todos sus platos, al cual se le añaden productos singulares como la flor del bananero, la vainilla, el combaba y un larguísimo etc…, eso sí, todo acompañado de arroz y lentejas como acompañamiento; el arroz como sustituto del pan. Otro imprescindible son sus picadillos de pimientos picantes de todas las clases y mezclas que te puedas imaginar, sirve como acompañamiento y hay algunos que te ponen la boca en fuego, aportan frescura y ligereza a los guisos cocinados. Si te gusta el picante aquí tienes de todas las clases; incluso he visto a reunioneses traerse su propio picante en tarritos y sacarlo en el restaurante, genial.
Los guisos que pude probar y que se encuentran por toda la isla son los Rougail y los Carri, no sabrías deciros muy bien la diferencia, pero todos como os he dicho con una buena base de tomate, ajo, cebolla y especia.
Rougail tenemos de Saucisses (salchichas) de Morue (Bacalao desalado) de Poulet (Pollo), hay influencias indias como su Poule Massala (pollo masala) o Cabrí Massale (Cabrito masala), Carrí de Poulet vainilla (carri de pollo con vainilla), Carri de Baba Figue (carri con la flor del bananero), Carri de Porc con chocuchoux (carri de cerdo con chouchoux) y sin olvidar su Panceta ahumada que llaman Boucane, la comen en Carrí o en Rougail; la lista es interminable y muy variada, eso sí con un nexo casi común, su cocción prolongada. Todos estos platos están huérfanos sin su arroz blanco y sus lentejas; muy conocidas las de Cilaos (impresionante lugar), eso sí sin olvidar el picante que aporta frescor y ayuda a excitar el paladar, puede ser pimientos picantes picados con u poco de ajo y algún cítrico o más elaborados que se llaman rougails (también) por ejemplo Rougail de tomate (tomate, cebolla, pimientos picantes, perejil sal, aceite y sal), de mangos o de tamarindo, de combaba y todos ellos son servidos en pequeñas cantidades
y como acompañamientos de nuestros platos.
Rougail tenemos de Saucisses (salchichas) de Morue (Bacalao desalado) de Poulet (Pollo), hay influencias indias como su Poule Massala (pollo masala) o Cabrí Massale (Cabrito masala), Carrí de Poulet vainilla (carri de pollo con vainilla), Carri de Baba Figue (carri con la flor del bananero), Carri de Porc con chocuchoux (carri de cerdo con chouchoux) y sin olvidar su Panceta ahumada que llaman Boucane, la comen en Carrí o en Rougail; la lista es interminable y muy variada, eso sí con un nexo casi común, su cocción prolongada. Todos estos platos están huérfanos sin su arroz blanco y sus lentejas; muy conocidas las de Cilaos (impresionante lugar), eso sí sin olvidar el picante que aporta frescor y ayuda a excitar el paladar, puede ser pimientos picantes picados con u poco de ajo y algún cítrico o más elaborados que se llaman rougails (también) por ejemplo Rougail de tomate (tomate, cebolla, pimientos picantes, perejil sal, aceite y sal), de mangos o de tamarindo, de combaba y todos ellos son servidos en pequeñas cantidades
y como acompañamientos de nuestros platos.
Bien es cierto que hay un pescado que sí se consume frecuentemente, es el atún, que en la zona es exquisito, lo probé a la parrilla que fue una delicia, y por supuesto en tartare, al cual soy adicto, fue el único pescado fresco que puede disfrutar.
No nos olvidemos de las especias de la isla, las diferentes culturas que allí habitan han aportado su granito de arena a la cocina reunionesa, las especias están muy presente en todos los platos, azafrán, pimienta, curry, nuez moscada etc.. hay una infinidad de ellas.
Imprescindible si se habla de la Reunión hablar de la vainilla, considerada una de las mejores del mundo, visitamos una plantación de vainilla donde su cultivo es sorprendente, pero más sorprendente es su aroma; casi dos años para sacar al mercado una vaina de vainilla!! Con razón vale lo que vale.
La fruta tropical está por todas partes, yo soy auténticos adicto a la fruta de la pasión y allí encontré mi paraíso, las piñas victoria dulces y sabrosas como la miel, los mangos, plátanos de la isla (muy pequeños con una textura al comerlo como de mantequilla), la guayaba que te las comes como las pipas (eran pequeñas y sabrosas), la fruta de la pasión que están llenas de aromas y jugos; mala suerte que allí era invierno y no era temporada de lichis porque los de la reunión son un verdadero espectáculo, grandes jugosos y sabrosísimos. Con la fruta me volvía loco, todo quería probarlo, comprarlo y comérmelo en el momento como un chiquillo que quiere chuches.
La caña de azúcar, está presente en toda su geografía; uno de sus derivados es el ron (del cual visitamos una fábrica de procesamiento de donde se obtiene no solo el ron sino azúcar y siropes) que se consume por toda la isla de muy diversas formas, los hay agrícolas que posteriormente se le añaden frutas, especias, tés y surgen los típicos ron arrangue y los hay de maceración larga en barrica de roble americano, francés incluso de barrica de roble usado anteriormente para el bourbon , estos se degustan como exquisitez Premium!. De todos los más comunes son los arrange que se elaboran por toda la isla y de miles de maneras, cada uno con su manera de hacerlo tiene su receta; yo ya deje un post en el blog sobre el ron arrange concretamente de naranja y café ron 44.
De todas las experiencias culinarias vividas en la Isla, la más gratificante con diferencia para mí, fue la comida en casa de Georgette, reunioneses de nacimiento arraigados a la tierra donde desde las 8 de la mañana ya se puede oler el chup-chup de las marmitas, Georgette y Max (su marido) nos ofrecieron una cena digna de ser el máximo exponente de la cocina reunionesa. Nos reciben en su casa en lo alto de la montaña donde se aprecia la inmensidad del océano; ya sin palabras; entramos por la pieza de la casa donde se hace la vida, cocina , comedor , salón todo junto y los fuegos llenos de marmitas (no pude resistirme a ir y abrir la tapa de todas ellas, quería saber que había dentro) . El aperitivo empezó con su ron arrange de piña, que ya me dejo KO y no por el alcohol sino por su gusto y delicadeza; más de un año de maceración, un verdadero espectáculo; también probamos el de Guayabero, este un poco más astringente pero igual de rico, después de una gratificante tertulia pasamos a la mesa y como nos gusta a los españoles, todo al centro y el que más pueda para él.
Las delicias de Georgette:
Rougail de salchichas.
Rougail de Bacalao desalado, plato delicado y sabrosísimo.
Carri de pollo con especias.
Como no! todo ello acompañado de arroz, lentejas y Rougail
picante.
picante.
Yo me ofrecí a elaborar una tarta
Tatín con vainilla bourbon y piña roti a la vainilla.
Tatín con vainilla bourbon y piña roti a la vainilla.
La cena, la gente, la verdadera cocina, el amor por lo que se hace, el olor, las marmitas, las risas, las vistas, el ron y el querer agasajar a sus anfitriones, me cautivaron y solo tenía palabras de agradecimiento para esa gente que nos abrió las puertas de su casa y nos ofreció todo lo que tenía y más.
Gracias Georgette y Max.
Al final de nuestra estancia decidimos ir a un restaurante reputado de la zona, un referente Hotel Blue Margouillat, ya solo el sitio valió la pena, de una elegancia exquisita, de un trato profesional intachable y de unas vistas impresionantes. Cena al lado de la piscina con platos muy elaborados , Tartare de atún , tataki de atún, langosta con magret de pato y postres con futas tropicales que “quitaban el sentido”, platos delicados con guiños a la cocina autóctona, muy recomendable, pero ojo porque todo esto tiene un precio, como cualquier restaurante con productos exclusivos.
Nadie se puede negar a un buen restaurante.
Como resumen deciros que la estancia en la Isla fue una sorpresa gustativa sin igual, un descubrimiento de productos , maneras de cocinar diferentes y asociación de sabores.
Aunque lo mejor, la gente de la Isla , donde si te acercas a ellos te lo dan todo sin pedir nada; ahí está la verdadera gastronomía de un pueblo, dentro de sus casas y de sus pucheros. Lo dicho Gracias Georgette & Max.
Un paraíso muy recomendable, eso sí ……………………….. cuidado con los tiburones.