“Restaurante Adolfo” en Toledo, gratas sorpresas con pequeñas decepciones.

El pasado mes de Marzo, visitamos Toledo, como siempre fantástica ciudad que me tiene cautivado, es de una riqueza y belleza escandalosa. Y como no!  fuimos a comer a uno de sus restaurante más reconocidos, “Adolfo restaurante”.

Sala  acogedora, atención impecable; aunque en ocasiones excesiva; en mi opinión se debe de dejar más “aire” al comensal; pero no nos quejemos de eso que en ocasiones hay restaurantes que ni te miran para que no preguntes.

Nos decantamos por el menú degustación, he de decir que los precios de Adolfo son ya consecuentes, no es para todos los días; menú que si no recuerdo más estaba alrededor de los 65€ por persona, sin bebidas.

La calidad del producto y la mano del chef son indiscutibles, pero en ocasiones eché en falta mesura en los sabores, sabores predominantes en ciertas preparaciones que enmascaraban el nexo de unión de los ingredientes, por ejemplo, en la crema de celery con caviar había un toque de pimienta que sobresalía y ocultaba la delicadeza del caviar y las flores, en el huevo con espárragos , estos estaban amargos (que pena más grande porque ya no se notaba el toque de trufa, y en la perdiz que era una exquisitez , el parfait de hígados era puro romero. En definitiva,  un producto increíblemente bueno, una mano del  chef indiscutible, pero pequeñas alteraciones en las preparaciones que desvirtuaban en parte el trabajo, alteraciones que marcan la diferencia entre lo exquisito y lo sublime. Realmente pienso que cuidando esos detalles (que en ocasiones son los más difíciles de conseguir, por el tesón, la precisión y la dedicación al segundo que requieren) podríamos estar hablando de un restaurante con estrella.

Cuando vuelva a Toledo volveré a Adolfo porque el precio de menú estaba bien justificado, la atención fue exquisita y en general tuvimos una experiencia gastronómica muy agradable a pesar de esos pequeños bemoles.

Ir y probar a ver qué os parece.

Y sobre todo visitar Toledo que es increíblemente impresionante.

Visuales de los platos e impresiones

Carta del Restaurante Adolfo

Nacho dulce y pisto manchego (pequeño bocado agradable,  sin grandes sorpresas)

Quisquilla de muy buena calidad

Crema de judiones , sin más otro bocadito de entretenimiento (sin sorpresas)

Chuletitas de lechal para la peque, una delicia de carne, calidad extrema, perfecta cocción, nada que objetar, bravo.

Croquetas liquidas, muy sorprendentes y originales, explotaban en la boca, una auténtica maravilla, me habría comido dos más

Caviar, flores y crema de celery, muy visual, muy gustoso, pero predominaba mucho la pimienta,una penica para esta delicia de plato

Huevo  (para mi gusto lo hubiese preferido a baja temperatura en su propia cáscara y luego al plato, queda mas homogéneo) con espárragos (los espárragos amargaban) y una crema de queso, al final laminas de trufa, idea excelente, buen producto y muy rico, el pero es el amargor, pero en general acertado.

El Plato de bacalao, muy rico y su acompañamiento sorprendente, especie de grano de trigo con pesto y tirabeques.

Perdiz con una cocción impresionante, las pechugas justo a la plancha y los muslos guisados, una delicia con su salsita y un toque de trufa, el pastel de los hígados, sabroso pero excesivo sabor a romero, desmereció el pastel. Toque ácido con su cebolla encurtida.

El plato que más me sorprendió, la oreja glaseada tipo asiático, con unos toques cítricos muy, muy  buenos, el pomelo y el kiwi eran la clave de este plato, riquísimo.

Brownie riquisimo con pistachos, delicioso.

 

Esfera de azúcar con una espuma de yogur, muy técnico, la espuma muy refrescante, se dejaba comer, a pesar de todo lo que llevábamos comido, en Adolfo con hambre no te quedas.

Finalizamos con  mazapanes y dulces típicos de la zona.

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